miércoles, 25 de junio de 2008

Me pregunto: ¿quién en este mundo no se ha dormido en el transporte público, cabezeando y echándole la baba al de a lado?

Yo sí... Sin embargo, he llegado a darme cuenta de la obviedad, no por ello menos curiosa, que es una situación que, además de ser penosa, es muy molesta para la persona que tiene que estar soportando los cabezazos y hasta manazos o patadas, de esas veces que, por alguna razón que desconozco, un impulso eléctrico recorre tu cuerpo provocando el sobresalto de alguna extremidad (o de todas).

Me ha tocado (¿a quién no?, pregunto de nuevo) estar de ambos lados de la situación, y he de confesar que ninguna de las dos es agradable.

Situación del fulano que se está durmiendo: El calor, el cansancio, el tráfico, la falta de oxígeno en el bendito microbus, entre otras cosas hacen que los párpados de este individuo empiecen a caer pesada e irremediablemente. El inconsciente le permite hacerlo sobre todo cuando está sentado, sin embargo, hay quienes tienen un inconsciente o demasiado permisivo o bastante inútil como para dejar que todo el cuerpo se relaje en posición vertical y medio agarrado de un pasamanos a medio caer. La cabeza, pesada como es, comienza a descender poco a poco y, a falta de un sostén fijo (porque para ese momento los brazos no son más que dos palos flácidos que forman parte del cuerpo) encuentra reposo en el hombro y la cabeza del afortunado que se sentó a lado, quien no dudará en aventar su hombro hacia arriba para hacer reaccionar al bello durmiente... pero cuando este último ha entrado en ese estado de sueño, no hay aventón, ni tope, ni enfrenón que pueda evitar el poético vaivén de esa cabeza endormecida. Situación del mengano sentado a lado: Este individuo se encuentra gozando las mismas condiciones "climatológicas" del transporte público que el bello durmiente. Sin embargo, por alguna razón los brazos de Morfeo no están sobre él en ese momento. Cuando siente que un poco del peso del individuo contiguo se ha desplazado hacia su lado, empieza a poner la famosa cara de "fuchi" y piensa " &%1%# , lo que me faltaba". Trata, en vano por supuesto, de hacer ciertos movimientos que hagan reaccionar al tipo poseído por el sueño, entre los más típicos están: tos, estornudos, estirarse, sacar el celular, garraspera, amarrarse la agujeta... nada funciona, créanme, nada. Si es la clase de persona que puede soportar estas cosas, porque no tiene alternativa o porque no quiere abandonar su lugar, no tendrá más remedio que sufrir un poco hasta que su estación llegue. Cha-le. Esta es una de las muuuuuuuuuuchas cosas que se ven, oyen y viven dentro del transporte público de cualquier ciudad, me parece... yak.

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