Veintitantos

Parece que las causalidades, el destino o lo inevitablemente debía pasar, pasa, en nuestro andar diario nos topamos con caras conocidas.

Hace unos días, despúes de bajarme de mi transporte caminaba sobre una calle envuelta en unos jeans, mis rizos jugando con el aire y mis lentes con los que veo mejor, iba caminando por el lugar que me gusta tanto, y con una sonrisa de satisfacción por haber volteado la vista antes de dar la vuelta para solo ver de lejos el edificio donde él trabaja.

Entre la gente de esta transitada ciudad, ví que se asomó un rostro conocido, tenia el ceño fruncido en evidencia de la sopresa de verme, me acerqué, estaba tan lindo como siempre, con ese traje negro Armani que luce tan bien, con ese aroma que enloquece, con esa mirada tierna y sus arrugas que reflejan los años que se llevan a cuestas, me quité los lentes y lo ví directo a los ojos.

Hola!!!, un beso en la mejilla y un abrazo fué el inicio de nuestro diálogo, conversamos sobre nuestras actividades, sueños, chismes, no fué una plática de grandes amigos que fuimos, solo éramos dos conocidos que se actualizaban, intercambiamos números, miradas, sin ningún mensaje, y la posibilidad de tal vez encontrarnos o llamarnos algún día, me despedí no sin antes darle un fuerte abrazo por su próximo cumpleaños, segurisima de que el primero que recibe con tanto tiempo de anticipación, seguí mi camino sin mirar atrás, sonriendo con esa sensación acuestas que provoca cuando tienes una linda sorpresa.

Llegue a casa y de inmediato le pregunte a mi mejor amiga (mi madre) como me veía, la vanidad ante todo, claro!!, obviamente alimentó mi ego, le conté lo que me había pasado, y me pregunto, que sentiste?, me dí cuenta que el corazón no se paralizó, el cuerpo no se erizó, las mariposas no despertaron, y que sentí un gran gusto al verle, despúes de un año.

Me dí cuenta que el tiempo inevitablemente hace lo suyo, las cosas efectivamente pasan por algo y tal vez la casualidad nos vuelva a reunir y si no, ya no importa, a final de cuentas la vida sigue.