Un día, las cosas pueden cambiar. Ese día, todo, hasta el color de tus ojos, es diferente. Ese día, todo tiene sentido. Hasta.... el vuelo de una mosca impertinente.
Un día, alguien puede cambiar. Ese día, alguien, puede dejar de sentir el peso de su mala suerte. O su mal humor. O las ganas de pegar a otro, porque siempre hay alguien a quien pegar.
Un día, ese deseo anhelado, ese pacto entre tú y las estrellas, llega. Así, de repente. Tambien puede pasar, así, en un instante, que una hormiga tenga algo que decirte. Y, por qué no, un susurro proveniente de quién sabe dónde, hace que tus pensamientos tengan sentido. También puede caerse el ladrillo de un edifico sobre tu cabez. O puedes ver cómo una paloma fallece a tus pies. O sentir la mirada de alguien, y en ese instante reconocer la verdad de todas las mentiras. Qué tal que en un elevador, ese cubo claustrofóbico, se encuentren casualmente individuos que ya han tenido algo en común, ya sea en sueños, fantasías u otros tiempos...
De ese día, y los días que le siguen, hablan los cuentos de los deviches. De esos momentos, instantes, coincidencias donde las cosas dejan de ser lo que han sido, donde las personas reconocen algo que estaba perdido, donde las preguntas tienen respuestas y el buscador... encuentra. Donde el silencio íntimo es lo más mportante del mundo.
Ximena Escalante
"Sólo existen dos verdades:
"la muerte es inevitable"
y "la vida continúa"
Carlos Corona
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